Entretenimiento
Ofelia Medina recuerda con cariño sus primeras giras en Guamúchil
La actriz destaca la calidez, creatividad y puntualidad del público guamuchilense en sus inicios artísticos.

Guamúchil, Sinaloa, 14 de agosto de 2025.— Con una sonrisa y visible emoción, la reconocida actriz mexicana Ofelia Medina rememoró sus primeras giras artísticas en Guamúchil, Sinaloa, resaltando la hospitalidad y el entusiasmo que siempre le brindó el público de esta ciudad.
En una reciente entrevista, Medina compartió que durante sus inicios en los escenarios, Guamúchil ocupó un lugar especial en su trayectoria, pues en cada presentación la gente acudía con puntualidad y gran ánimo. “Siempre eran muy amables, llegaban tempranísimo a los eventos y nos recibían con un cariño enorme”, dijo.
La actriz relató entre risas una de sus anécdotas favoritas: “Y empezó a llegar la gente, ya con su canasta, su perro, su silla… y nosotros: ‘oigan, todavía falta mucho’. Y ellos: ‘es que queremos ver todo, es que nunca vienen y ya que vienen pues están aquí, queremos ver cómo le hacen, y cómo ponen las luces y cómo…’. Entonces se quedaron, y luego nos trajeron lonch”.
Ofelia Medina, cuyo trabajo ha trascendido en teatro, cine y televisión, aseguró que esos recuerdos permanecen vivos en su memoria y que la calidez de los guamuchilenses dejó una huella importante en su vida profesional y personal.
La actriz es considerada una de las figuras más emblemáticas de la actuación en México, y su conexión con Guamúchil refleja el lazo cultural y afectivo que artistas y público construyen a lo largo de los años.

Entretenimiento
La hipocresía: el deporte no oficial que todos practicamos (aunque nadie lo admite)
Entre sonrisas falsas, opiniones cambiantes y “yo jamás haría eso”, este curioso fenómeno social revela lo mucho que los humanos jugamos a dos bandos sin darnos cuenta.

22 de noviembre de 2025.— Aunque nadie lo confiese en público, la hipocresía es uno de los comportamientos más universales que existen. Desde aquellos que prometen “voy en camino” mientras siguen en bata, hasta quienes critican lo que hacen en secreto, este curioso fenómeno social nos acompaña más de lo que admitimos.
Lo interesante es que la ciencia tiene una explicación: según expertos en psicología, la hipocresía surge como un mecanismo para proteger nuestra imagen y mantener la paz social, aunque a veces termine logrando lo contrario. En pocas palabras, nos mentimos tantito para vernos mejor… aunque todos estemos haciendo lo mismo.
Además, estudios muestran que el cerebro humano está cableado para justificar sus propias acciones, pero es mucho más estricto juzgando las de los demás. Así que sí: somos abogados defensores de nosotros mismos y jueces implacables con el resto.
Y como si fuera poco, la hipocresía también tiene su lado cómico. Desde quien predica la dieta mientras come pastel en “modo secreto”, hasta el clásico “yo no me meto en chismes” que sabe exactamente todo lo que pasa, estos comportamientos se han vuelto parte del folclor cotidiano.
Al final, entender la hipocresía no es señalar culpables porque todos caeríamos, sino reírnos un poco de lo humanos que somos. Porque, aceptémoslo: entre lo que decimos y lo que hacemos, siempre hay un pequeño espacio… y ahí vive, cómoda, la hipocresía.

Entretenimiento
Organizar un evento “sencillo” no es tan sencillo: el curioso desgaste detrás de una simple cena
Desde elegir manteles hasta calcular el hielo, los preparativos pueden convertirse en un maratón inesperado que pocos confiesan… pero todos sienten.

22 de noviembre de 2025.— Quien diga que organizar un evento pequeño, “nada más una cenita”, es pan comido… claramente nunca ha intentado organizar uno. Porque detrás de cada reunión aparentemente sencilla existe una coreografía secreta que, aunque divertida, puede dejar exhausto a cualquiera.
Para empezar, está el clásico: hacer la lista de invitados. Una tarea que parece rápida, pero se convierte en un dilema emocional donde hay que decidir si invitas al primo que siempre llega tarde o a la amiga que siempre dice que no toma… pero termina acabándose la botella.
Luego llega el suplicio de las compras. ¿Cuánta comida es suficiente? ¿Qué tanto hielo es “mucho” y qué tanto es “se nos va a acabar a media noche”? Los organizadores expertos saben que siempre se compra de más, pero aún así, el estrés de quedarse cortos es real.
La decoración no se queda atrás. Porque sí, aunque sea una cena sencilla, siempre aparece el momento de “¿y si ponemos flores?” o “¿no se verá mejor con luces cálidas?”. Y ahí va uno, corriendo a última hora por velitas que den ambiente pero no incendien la mesa.
Y claro, está el detalle más temido de todos: el tiempo. Los minutos vuelan, los invitados llegan temprano, el horno se tarda más de la cuenta y tú, con el mandil puesto, fingiendo serenidad mientras corres como protagonista de película de comedia.
Aun así, el cansancio tiene su recompensa. Nada se compara con ver a las personas disfrutar, reír y preguntar quién fue el héroe detrás de la velada… aunque nunca sepan que estuviste a dos segundos de llorar sobre las servilletas.
Organizar un evento sencillo es, en realidad, un acto heroico disfrazado de buena intención. Un dato curioso que nadie dice, pero todos han vivido: el cansancio es real, pero la satisfacción también. ¿Y tú, ya te recuperaste de tu última “cenita tranquila”? 🎉😅

Entretenimiento
5 curiosidades de los músicos que explican por qué pueden tocarte el alma.
Desde cerebros en “modo turbo” hasta habilidades casi sobrenaturales, así es el fascinante mundo detrás de quienes viven entre notas y melodías.

Ciudad de México, 22 de noviembre de 2025.— Si creías que los músicos solo afinan instrumentos y se aprenden canciones, prepárate: su mundo está lleno de datos curiosos que los hacen seres casi mágicos… o al menos, muy peculiares. Aquí te presentamos cinco hechos sorprendentes que probablemente no conocías.
Para empezar, muchos músicos desarrollan oído absoluto o entrenado, lo que significa que pueden identificar notas sin ningún apoyo. Sí, son esas personas que escuchan un portazo y dicen: “eso fue un Fa sostenido”. Talento o superpoder… tú decide.
Otro punto curioso es que, cuando tocan, su cerebro trabaja al máximo nivel. Estudios neurológicos revelan que ejecutar un instrumento activa más áreas cerebrales que casi cualquier otra actividad artística. En pocas palabras: un músico está haciendo cardio mental mientras toca su rola favorita.
Además, poseen el famoso “tempo interno”, una especie de reloj incorporado que les permite medir el tiempo casi a la perfección. No sabrán a qué hora llegarán, pero en la música siempre entran a tiempo.
La memoria también juega un papel importante. Los músicos pueden recordar piezas larguísimas sin partitura gracias a su memoria muscular y auditiva, un combo que les permite ejecutar canciones completas incluso después de años sin tocarlas.
Y, claro, está el clásico: su primer instrumento es sagrado. No importa si fue una guitarra de plástico, una flauta escolar o un teclado chiquito: casi todos los músicos lo conservan como si fuera un tesoro, y contarán su historia como si fuera el inicio de una leyenda.
Estos pequeños datos muestran que ser músico es mucho más que ritmo y talento. Es ciencia, corazón y una buena dosis de peculiaridad que hace de su mundo uno lleno de magia sonora.

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